Kateryna Sivorenko se pone unos ajustados guantes negros que ocultan unas manos finas con manicura perfecta color carmín. Agarra un rifle de cartón y se prepara para entrenar en una fábrica semiderruida de las afueras de Kiev, entre la niebla y la nieve. Es la primera sesión de instrucción militar de esta documentalista de 28 años. Con la concentración de tropas rusas a lo largo de las fronteras orientales de Ucrania y la escalada dialéctica del Kremlin, la mujer ha decidido prepararse para lo peor. “Nunca me había imaginado con un arma; ni siquiera de cartón”, dice con una sonrisa algo triste. Como los principiantes y los que carecen de licencia de armas, Sivorenko entrena con un rifle de pega. “Estoy tranquila, no creo que esta situación llegue a más, pero saber qué hacer me da seguridad. Siempre es mejor estar preparada”, dice. A su lado, decenas de personas, divididas en grupos o brigadas, aprenden posturas de tiro, a leer mapas, maniobras de primeros auxilios —como realizar un torniquete— y hasta la mejor fórmula de ocultar un vehículo con ramas o nieve.
Miles de hombres y mujeres se alistan en las llamadas Fuerzas de Defensa Territorial para recibir instrucción sobre cómo disparar, primeros auxilios o comunicaciones estratégicasRead More
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