Lo que no mata, hace más fuerte. Y en el caso del Brexit, nada mejor que una dosis de homeopatía para intentar revitalizar un proyecto político y económico que ha perdido mucho fuelle en 2021. Si la razón última del resultado de un referéndum nacionalista y reclusivo fue el miedo a la inmigración —Downing Street endureció las restricciones legales de entrada al país nada más abandonar la UE—, va a ser la inmigración el principal cebo para convertir de nuevo al Reino Unido en un socio atractivo. “Hemos reemplazado la libertada de movimiento [de los ciudadanos de la UE] por un nuevo sistema de inmigración basado en puntos (…). Desde Singapur a Suiza, estamos negociando tratados de libre comercio ambiciosos para impulsar aquí, en casa, el empleo y la inversión”, anunciaba Johnson en su discurso de Año Nuevo. Doce meses después de la entrada en vigor del acuerdo comercial que firmaron Londres y Bruselas ―que hasta ahora se ha traducido en trabas burocráticas al comercio, encarecimiento de las importaciones y exportaciones o una situación políticamente explosiva en Irlanda del Norte―, el primer ministro conservador promete que 2022 será el año en que se comience a construir sobre los avances y conquistas que ha supuesto el Brexit.
Los estudiantes australianos, y próximamente los indios, según ‘The Times’, tienen menos restricciones migratorias que los universitarios de la UERead More
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